Le echo de menos. Echo de menos todo de él.
El sonido de su
voz, su olor, el tacto de su piel, sus abrazos.
Echo de menos
lo fácil que conseguía animarme cuando estaba mal.
Echo de menos
nuestras charlas sobre mis problemas.
Echo de menos que
me dijera que tengo unos ojos preciosos cada vez que me veía, ya que era
el único que pensaba eso.
Echo de menos su
mirada, tan cariñosa que te hacia sonreír al instante. Incluso echo
de menos su silencio.
Sin él, me falta
una parte de mí.
Hoy es su santo, y
siempre lo celebramos en familia, pero hoy no estaba el.
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